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16 enero, 2006

Diferentes tarifas

Meses después de que Alexander Graham Bell presentara teléfono en la Exposición de Filadelfia (julio de 1876), se realizaron las primeras pruebas con un aparato del propio Bell en La Habana, en ese momento colonia española.

En 1877 una comunicación entre Montjuïc y la Ciudadela, en Barcelona, fue la primera comunicación en territorio español dentro de la Península Ibérica. En marzo de 1880, Fregenal de la Sierra, una pequeña población de Badajoz, fue donde se instalo la primera línea de teléfono.

Después, pequeñas compañías privadas comenzaron a comercializar el producto sin ningún tipo de relación entre ellas.

En 1917, el Cuerpo de Telégrafos elaboró el Proyecto de Telefonía Nacional (Proyecto de Francos Rodríguez), un registro completo de las instalaciones existentes y que proponía una solución unificada. Este proyecto sentó las bases para la creación de la Compañía Telefónica Nacional de España en 1924.

El 19 de abril de 1924 nació en Madrid la Compañía Telefónica Nacional de España como sociedad anónima. Su capital social ascendía a un millón de pesetas (seis mil euros) representado por 2.000 acciones ordinarias y estaba participada por la International Telephone and Telegraph Corporation (ITT) de Nueva York.

Casi 82 años después, Telefónica es una empresa conocida por la mayoría de los hispanoparlantes y, muy pocas veces tenemos una opinión neutra de ella.

Cuando llegue a Buenos Aires, los sistemas de facturación me resultaron desconocidos, comparados con los que la compañía tiene en España. Los precios no me extrañaron, ya que son los mismos –cuesta lo mismo llamar en Buenos Aires que en España- aunque la moneda argentina (peso argentino) tiene un valor tres veces inferior al de la española (euro). Los salarios, también, son tres veces inferiores, pero a la empresa de telefonía no debe importarle.

Lo mismo pasa en los otros países suramericanos en los que esta empresa tiene mercado, sigue manteniendo el precio español en euros aunque la factura que llega a casa de cada usuario se adapta a la moneda del país.

Además de estas igualdades económicas y diferencias éticas, los servicios también son distintos; para tener un servicio similar, el usuario argentino –en este caso- debe pagar el triple. El servicio de adsl de 1 mega, en cualquier provincia española, cuesta 39,90 euros y en Argentina oscila –dependiendo de la provincia- desde 132 a 146 pesos, siempre y cuando puedas disponer del mismo; debido a la disponibilidad geográfica.

Según estos datos, Telefónica nos da a entender que para facturar no distingue en que país lo hace. Para la empresa, que los ciudadanos a los que factura y, también, contrata tengan un salario tres veces menor no les produce ninguna interferencia moral.

Fuentes:
Telefónica española
Telefónica argentina

1 comentarios:

El 1/16/2006 6:11 p. m. | Anonymous Anónimo comentó

cada dìa estamos más interconectados... es una especie de comunicaciòn que las teorías actuales se encargan de estudiar pues es un fenòmeno que va creciendo poco a poco...

 

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